Mi relación con mi #blog
Más que contar mi historia de iniciación bloguera, que será parecida a la de muchos, voy a utilizar la palabra de la semana: #blog como desahogo emocional, porque lo que me más me provoca mi blog son emociones.
Buenas y malas.
Y en este sentido en cuatro años de relaciones con vinividivinvi (bueno, con un descanso de casi 6 meses) ha habido casi de todo.
Veamos:
Entusiasmo y exaltación en los comienzos. Quizá en exceso. Entré en este mundo con demasiada pasión y sin pensar demasiado, y al poco tiempo ya me paso factura, y por aquel entonces escribí esto. Fue entonces cuando empecé a ser consciente de que no se puede expresar lo que te venga en gana en un blog. Bueno, más que eso, que por supuesto que se puede, aprendí que mi blog no podía ser un lugar de desahogo personal, o si lo hacía, debía darle la vuelta para que no se notase demasiado. Porque no hay cosa peor que un post mal interpretado. No sé si os habrá pasado, pero a mi al principio, como la mayoría de la gente que me leía eran personas conocidas, no paraban de relacionar todo lo que escribía con situaciones personales propias, y eso creó algún que otro desafortunado malentendido. (Por si alguien a estas alturas aún no le ha quedado claro, yo escribo sobre sentimientos personales a toro pasado. Soy incapaz de mostrar por aquí mis penas, más que nada porque soy pudorosa, y porque no creo que aporte demasiado. Si escribo sobre algún sentimiento, probablemente será festivo o alegre, y si es negativo, tendrá que ver con el pasado, o quizá no tenga nada que ver conmigo).
Y sigo:
De ese estado inicial de entusiasmo pasé por una fase de indecisión, desasosiego y tensión, aunque creo que no se notó demasiado en mis post, sobre todo porque procuré conscientemente no destapar cualquier sentimiento del día a día, y empecé a escribir sobre generalidades o curiosidades, (aquí un ejemplo) . Salvo algunos acontecimientos (como éste) que sí merecieron pasar a la posteridad bloguera.
Después vino la etapa de crecer. Parecía que lo que escribía gustaba; muchas visitas y comentarios, por lo que seguí en la misma línea: Escribiendo sobre todo lo que me apasiona (y era fácil porque me apasionan muchas cosas: cine, libros, viajes etc...) y poco sobre mis sentimientos. Bastante apasionados también, pero que conseguí domar. Y me iba bien. En este momento ya le había cogido el tranquillo. Me divertía, y sabía más o menos bien lo que tenía entre manos, y cómo gestionarlo. Además, durante esa época comencé a tener ya relaciones más afianzadas con otros blogueros, y el blog se convirtió en enganche y necesidad. vinividivinvi me aportaba mucho, y eso molaba. Fue la mejor época.
Aunque como en toda relación, en algún momento llega la época del hastío, de la rutina, del agobio y del aburrimiento. Por esta fase pasé bastante antes de mi paréntesis, supongo que lo notaríais, aunque procuré por todos los medios seguir porque me parecía impensable desvincular mi vida del blog. Y no. Estaba equivocada. Separarme un tiempo de la vida 2.0 fue una buena decisión. Entre otras cosas porque atravesé un momento personal delicado, y me parecía poco honesto seguir por aquí como si nada. No podía.
Y nunca pensé que podría decir esto, pero durante mi alejamiento no eché de menos el blog. Es más, fue como un alivio. Aunque la cosa empezó a cambiar cuando esas personas (vosotros) que me habían aportado tanto durante una buena época, comenzaron a escribirme y a alentar mi vuelta. Y aquí os expreso mi agradecimiento porque de no haber sido por ese empujoncito, no sé si hubiese comenzado a publicar.
Me lo pensé mucho, de verdad, porque un blog requiere mimo, dedicación, tiempo, pero sobre todo motivación, y en ese momento no me motivaba nada ponerme a bloguear. Aunque esto es como una adicción, cuando la retomas, es un no parar.
En estos momentos estoy confusa. Por un lado estoy contenta, animada y motivada. Me apetece escribir sobre muchas cosas, me gusta la sensación reconfortante que te deja un post trabajado, y me ayuda mucho canalizar mi creatividad por otras vías (más lúdicas) que no sean solo las profesionales. Me aportan mucho vuestros comentarios y puntos de vista, y me encanta pasarme por vuestros blogs porque siempre aprendo algo. Por otro lado tengo sensaciones negativas. Digamos que siento un malestar generalizado leve. Un poco de agobio, de preocupación y quizá algo de frustración.
Agobio por no llegar a todo. A mi me faltan horas, y volver a meter a vinividivinvi en mi rutina diaria ha supuesto dejar de hacer otras cosas.
Preocupación por no estar a la altura. Estoy en un momento en el blog de no saber muy bien hacia donde tirar. De altibajos. De no saber muy bien lo que quiero, ni lo que esperan mis lectores. (aunque esto no sé si tomarlo como algo negativo, porque en mi es una motivación más...).
Frustración no mucha. pero sí la suficiente como para replantearse si compensan tantas horas de dedicación.
Y la conclusión después de reflexionar estos días, es que sí me compensa.
Compensa siempre que piense en el blog como un lugar de crecimiento personal. En ese sentido gestionar un blog es un aprendizaje contínuo: Preparar un post, investigar, profundizar, experimentar, obligarse a escribir, reflexionar, compartir, interactuar, descubrir, leer, motivar...
Me compensa siempre que no traspase esa línea de exposición, y se convierta en un lugar de exhibición emocional. Y me compensa mantener esta relación con mi blog, por los vínculos adicionales: Vosotros. Romper con él definitivamente, sería perder también a la familia bloguera, y eso sería mucho perder.
Y en esas estoy, intentando encontrar ese equilibrio emocional de madurez con mi blog.
Esta ha sido mi participación en #lapalabradelasemana #blog. Obvio.
¡Buen fin de semana!

Comentarios
Pero al final, un comentario inesperado aparece en el momento justo y adecuado y te da oxigeno para seguir adelante con una sonrisa.
Un besote y seguro que encuentras ese equilibrio y madurez con el blog, en cuanto menos te lo esperes, PAM... ahí estarás!
Muas
Me da muchas satisfacciones.
Un saludo.
Un blog no debe atarte, ni ser una carga, ni producirte estrés. Si caes en alguna de estas tres cosas, además del tedio, abandónalo por un tiempo y nunca, nunca, nunca, lo canceles. Es un error del que te puedes arrepentir.
Un beso
En fin, que bueno que llegue para leerte.
Besos!
Un besote!!!!
Respecto al equilibrio y madurez, creo que voy por el camino, o por lo menos ya voy tomando la actitud adecuada :)
Gracias!
Y estoy en ello.
Gracias!!!
Voy a intentar coger el puntillo de Mariuca. Bloguear sin presión, por puro placer, y así solo tendré satisfacciones. Ese es el punto. (y la teoría jajaja)
Gracias!!!
¿Ves? si yo en la teoría lo tengo claro, pero oye, que luego en el día a día, no lo puedo evitar... Aunque cuando me pase, me acordaré de ti.
Mil gracias
Un saludo y gracias por pasar por aquí y detenerte a comentar.
Gracias!!!
Intentaré quedarme (y poner en práctica) todos vuestros consejos, a ver si consigo solo disfrutar!
Besos!
Saludos
Gracias por pasar y comentar.
La mayoría pasamos por esas etapas
Siempre que puedo paso un buen momento con tus entradas
Besinos